sábado, 23 de febrero de 2013

 

Dos Halcones

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Al cabo de unos meses el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que el otro se comportaba de forma muy extraña. No se había movido de la rama donde lo dejó, desde el día en que llegó.
Al día siguiente, desde su ventana, el monarca pudo observar que el ave aún continuaba inmóvil. Como nadie sabía decirle lo que le ocurría al halcón, el rey decidió anunciar a todo el pueblo que ofrecería una recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón.
Al día siguiente el rey se asomó de nuevo a su ventana y vio con asombro que el halcón estaba volando. ¿Quién ha hecho este milagro? Preguntó el rey, -traedlo inmediatamente a mi presencia.
Al cabo de unos minutos le presentaron a un campesino. El rey le preguntó: ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago? El campesino un poco atemorizado por la situación, respondió tímidamente.
-Fue fácil mi rey, solo corte la rama y el halcón voló. Parece como si de pronto se diera cuenta de que tenía alas y empezó a volar.



A veces tampoco nos damos cuenta de las cosas que nos impiden volar, vivimos agarrandonos fuertemente a aquello que conocemos y tememos los cambios. y cuando nos quitan aquello a lo que nos aferramos por fin volamos libremente y comenzamos a darnos cuenta de lo que nos estabamos perdiendo. no es bueno aferrarse a algo por miedo, el miedo impide andar, hay que adentrarse en caminos diferentes, hay que alzar el vuelo porque nosotros tambien tenemos alas.